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La Obesidad Osteosarcopénica un reto en el Sistema de Salud en México

La obesidad osteosarcopénica OSO (en inglés, osteosarcopenic obesity) es un síndrome que representa una combinación peligrosa de tres enfermedades crónicas interrelacionadas1: 1) obesidad (adiposidad excesiva o anormal), 2) sarcopenia (pérdida generalizada de la masa y fuerza muscular) y 3) osteoporosis (disminución de la masa ósea) (Figura 1)2. Este problema de salud es especialmente preocupante en México, donde las cifras de obesidad son alarmantes. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT Continua 2020-2023) el 52.2% de las mujeres y el 47.8% de los hombres adultos en México presentan sobrepeso u obesidad3. Además, hay más de 17 millones de personas mayores de 60 años en el país, lo que hace que esta población sea vulnerable a desarrollar OSO y otras enfermedades crónicas4.

Fuente: Adaptado de: «Modelo conceptual de tejidos óseos, musculares y grasos en estados sanos y enfermos: la obesidad osteosarcopénica es la etapa más avanzada resultante del envejecimiento u otra alteración comprometida del tejido óseo, muscular y adiposo.» Ilich JZ, et al.; 20162.

El diagnóstico de OSO es complejo debido a la infraestructura y tecnología especializada que se requiere para la evaluación del tejido muscular, óseo y adiposo. Para ello se emplean equipos como la absorciometría dual de rayos X (DXA), la tomografía computarizada o la bioimpedancia eléctrica, limitando su detección temprana en muchos contextos. Por esta razón, es fundamental implementar escalas de tamizaje que faciliten su sospecha en el primer nivel de atención y que se incluyan como parte de la valoración geriátrica integral. Factores de riesgo, como una dieta de baja calidad, el sedentarismo y ciertos factores sociodemográficos y económicos (género femenino, la edad, y la baja escolaridad), han sido identificados en relación con OSO. La atención en el primer nivel es indispensable para identificar a individuos en riesgo y orientar los programas y políticas de intervención de manera focalizada, mejorando así el diseño de intervenciones preventivas y terapéuticas.

En cuanto a la prevalencia, la OSO es una condición más frecuente entre mujeres de mediana edad y mayores (de 48 a 89 años) de todo el mundo, lo que incrementa el riesgo de fragilidad y deterioro físico. A nivel global, la prevalencia de la osteosarcopenia varía dependiendo de las regiones geográficas con 22.9 % en Oceanía, 21.6 % en Asia, 20.8 % en América del Sur, 15.7 % en América del Norte y 10.9% en Europa1. En un estudio realizado en Medio Oriente (Irán) con 2339 participantes mayores de 65 años (51% mujeres), la OSO presentó una prevalencia de 19.8%, siendo más frecuente en mujeres (22.1%), que en hombres (17.4%)6. En cuanto a la población mexicana, un estudio realizado en mujeres de mediana edad a mayores, la OSO fue de 19%5. En estos dos últimos estudios se utilizó DXA para la evaluación de la composición corporal, y en particular, la presencia de obesidad sarcopénica se asoció con medidas de menor funcionalidad.

La buena noticia es que muchas de las condiciones que contribuyen a la OSO son prevenibles. Adoptar estilos de vida saludables, que incluyan una alimentación balanceada y ejercicio regular, puede ser clave en la prevención. Los resultados destacan la importancia de adoptar un enfoque integral para abordar la OSO, considerando factores como el género, el estilo de vida, las comorbilidades (cardiovasculares, metabólicas, renales, cognitivas y osteomusculares) y los efectos sobre la funcionalidad. Además, subrayan la relevancia de fomentar la actividad física y gestionar la hipertensión como componentes clave en las estrategias de prevención y tratamiento de la OSO7. Asimismo, la capacitación de los profesionales de la salud es crucial para detectar los factores de riesgo y actuar de manera efectiva. La identificación temprana es esencial, ya que las intervenciones oportunas pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.

A pesar de los avances en el diagnóstico de la OSO en México, aún persiste una notable heterogeneidad en las técnicas y los puntos de corte utilizados para diagnosticar la obesidad y la sarcopenia. En los últimos años, se han incorporado métodos como la bioimpedancia eléctrica y la resonancia magnética. No obstante, estas técnicas suelen ser costosas e invasivas para los adultos mayores. Por ello, es necesario implementar métodos de cribado no invasivos y accesibles que permitan una identificación temprana de esta condición. Entre ellos se encuentran la prueba de fuerza de prensión manual (HGS), la medición de la fuerza del extensor de rodillas y pruebas funcionales como levantarse de una silla cinco veces seguidas o en 30 segundos. Es crucial que los valores de referencia se adapten al género, la etnia y la edad, e incluso ajusten la HGS según el peso corporal. En caso de detectar deficiencias en la función muscular, se pasa a la siguiente etapa, donde se analiza la composición corporal utilizando técnicas como la DXA o el análisis de impedancia bioeléctrica8.

Tratamientos y Estrategias de Intervención

Los tratamientos para la obesidad osteosarcopénica incluyen un enfoque multidisciplinario que abarca farmacología, nutrición, actividad física y apoyo psicológico. Las intervenciones clínicas que combinan nutrición, actividad física y apoyo psicológico han mostrado ser efectivas, favoreciendo no solo la pérdida de peso, sino también el mejoramiento del desempeño físico y la reducción de la fragilidad9. Además, se están investigando tratamientos farmacológicos que podrían ayudar a contrarrestar los efectos de la sarcopenia y la obesidad. La combinación de estos enfoques abre nuevas oportunidades para el manejo de la OSO en la población mexicana. En este sentido, los medicamentos se clasifican en tres tipos según su mecanismo de acción: antirresortivos (estrógenos, bifosfonatos, calcio y calcitonina), osteoformadores (fluoruros, paratohormona, factores de crecimiento y fosfatos) y aquellos que combinan ambos mecanismos (anabolizantes, vitamina D o calcitriol y progestágenos). En México, el enfoque actual para manejar la OSO se centra en programas que integran intervención nutricional, ejercicio físico y atención médica. Promover hábitos alimentarios saludables y el ejercicio de resistencia es clave para aumentar la masa muscular y reducir la adiposidad corporal.

Prevención y Educación

La prevención es clave en la lucha contra la OSO. Las campañas de educación sobre estilos de vida saludables están en expansión y han demostrado tener un impacto positivo en la concientización de la población. Programas en escuelas y comunidades fomentan una alimentación balanceada y la actividad física desde la infancia, creando un cambio cultural en salud pública.

Retos y Oportunidades

A pesar de los avances en la comprensión de la fisiopatología de la OSO, el desarrollo de herramientas diagnósticas como la DXA y la implementación de intervenciones clínicas multidisciplinarias, el sistema de salud mexicano aún enfrenta desafíos significativos, como la limitación de recursos y la necesidad de mayor colaboración interinstitucional. La integración de atención médica, nutricional y física es clave para abordar esta compleja condición en la población adulta. Además, la investigación continua y la inversión en salud pública son esenciales para mejorar los resultados en la población afectada.

Conclusión

La obesidad osteosarcopénica es un desafío creciente en México que requiere adaptaciones en nuestro sistema de salud para mejorar su prevención, detección y tratamiento. Con un enfoque multidisciplinario y colaborativo, es posible reducir el impacto de esta condición en la población adulta mayor y mejorar su calidad de vida. Para mejorar la evaluación y diagnóstico de la OSO en el ámbito de la atención primaria, se propone el desarrollo de protocolos que faciliten la identificación temprana del riesgo a través de herramientas de tamizaje accesibles y capacitación en la valoración geriátrica integral. Asimismo, la implementación de programas comunitarios de prevención de OSO, centrados en la promoción de la actividad física y una alimentación balanceada, puede ayudar a reducir su incidencia y a mitigar sus efectos adversos. Estos programas, combinados con intervenciones que aborden los factores sociodemográficos y económicos específicos de cada comunidad, pueden contribuir de manera efectiva a la prevención y manejo integral de la OSO en adultos mayores.


Referencias bibliográficas
1. García-González, AI, Axtle-Serrano Z, López-Teros M, et al. Intervenciones clínicas en obesidad osteosarcopénica: Alimentación, actividad física y psicológica. Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social. 2018; 56(Supl. 1), S82-S93. [Consultado el 26 de diciembre de 2024] Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/imss/im-2018/ ims181k.pdf
2. Ilich JZ, Kelly OJ, Inglis JE. Osteosarcopenic Obesity Syndrome: What Is It and How Can It Be Identified and Diagnosed? Curr Gerontol Geriatr Res. 2016; 2016:7325973. doi: 10.1155/2016/7325973.
3. Barquera S, Hernández-Barrera L, Campos-Nonato I, et al. Obesidad en adultos. Salud Publica Mex. 2024; 66:414-424. https://doi.org/10.21149/15863.
4. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2022). Presentan resultados de la ENE 2022. [Consultado el 26 de diciembre de 2024] Disponible en:https://inegi.org.mx/app/saladeprensa/noticia/7657?utm_source=chatgpt.com
5. Cvijetić S, Keser I, Boschiero D, Ilich JZ. Prevalence of Osteosarcopenic Adiposity in Apparently Healthy Adults and Appraisal of Age, Sex, and Ethnic Differences. J Pers Med. 2024 Jul 23;14(8):782. doi: 10.3390/jpm14080782.
6. Szlejf C, Parra-Rodríguez L, Rosas-Carrasco O. Osteosarcopenic Obesity: Prevalence and Relation With Frailty and Physical Performance in Middle-Aged and Older Women. J Am Med Dir Assoc. 2017 Aug 1;18(8):733.e1-733.e5. doi: 10.1016/j.jamda.2017.02.023.
7. Liu, Y., Hao, Q., Zhou, J., & Wu, J. A comprehensive meta-analysis of risk factors associated with osteosarcopenic obesity: A closer look at gender, lifestyle and comorbidities. Osteoporosis International. 2024; 35(3), 759–773.
8. [Ahmadinezhad M., Fahimfar N., Shafiee G., Nabipour I., Sanjari M., Khalagi K., Mansourzadeh M.J., Larijani B., Ostovar A. Prevalencia de la obesidad osteosarcopénica y factores relacionados entre las personas mayores iraníes: programa Bushehr Elderly Health (BEH). Arco. Osteoporo. 2023;18:137. doi: 10.1007/s11657-023-01340-9.
9. Donini LM, Busetto L, Bischoff SC, et al.. Definition and diagnostic criteria for sarcopenic obesity: ESPEN and EASO consensus statement. Obesity Facts. 2022; 15(3), 321–335. https://doi.org/10.1159/000521241
10. García-González AI, Axtle-Serrano Z, López-Teros M, et al. Intervenciones clínicas en obesidad osteosarcopénica: alimentación, actividad física y psicológica. Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social. 2018; 56(1),82–93. https://www.redalyc.org/jatsRepo/4577/457754907017/html/index.html?utm_source=chatgpt.com

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