El retinoblastoma es un cáncer ocular infantil en el que aproximadamente 9,000 bebes recién nacidos son diagnosticados anualmente. Este tumor maligno es originado en la retina (Figura 1) y compromete la visión y la vida del infante, especialmente, en etapas avanzadas de la enfermedad. El retinoblastoma se ha estudiado durante décadas, en especial, su estrecha relación con mutaciones genéticas como las presentes en el gen de retinoblastoma (RB1), que se transmiten de generación en generación (1).

Figura 1. Diferencias anatómicas entre un ojo sano y uno con retinoblastoma. En el ojo sano (A) se aprecia la cámara vítrea limpia sin crecimiento tumoral y la retina integra. En el ojo con retinoblastoma (B) se observa el crecimiento tumoral en la parte inferior de la retina y pequeños tumores secundarios desprendidos del tumor primario. Creado en biorender. https://BioRender.com
El manejo del retinoblastoma incluye diversas terapias convencionales, como la quimioterapia sistémica, los tratamientos focales (láser, crioterapia, y termoterapia) y braquiterapia. Aunque estas estrategias han mejorado el pronóstico y la conservación del ojo en muchos casos, un subgrupo de pacientes experimenta recaídas o desarrollo de metástasis (semillas). Este fenómeno ocurre cuando las células tumorales escapan del tumor primario, migran a otros tejidos y generan nuevos nichos tumorigénicos con mayor agresividad y resistencia al tratamiento (2). Estas células, conocidas como células madre cancerosas (CSC, por sus siglas en inglés), desempeñan un papel clave en la progresión y diseminación del retinoblastoma. Apodadas “semillas del cáncer”, se caracterizan por su alta capacidad de invasión, resistencia a las quimioterapias convencionales y presentan gran habilidad para colonizar tejidos distantes. Su estudio ha cobrado relevancia en la última década, ya que representan un desafío clínico y una oportunidad para desarrollar terapias dirigidas que logren su erradicación, mejorando la supervivencia y calidad de vida de los pacientes afectados por esta devastadora enfermedad (3).
¿Cuál es el origen del retinoblastoma?
El retinoblastoma (RB) es conocido como el tu mor intraocular maligno que se presenta en la infancia (4). El RB, se desarrolla en la retina, específicamente en los precursores de los conos e inicia en niños menores de cinco años (Figura 2) (5). El RB, se origina debido a mutaciones bialélicas en el gen RB1, un gen supresor de tumores esencial para el control del ciclo celular. La presencia de estas variantes patogénicas generalmente resulta en fallas en la traducción y síntesis de proteínas funcionales, lo que impide la regulación adecuada de la proliferación celular. Estas alteraciones son producto de cambios en la secuencia nucleotídica dentro de la región codificante, afectando tanto la transcripción como la traducción de la proteína, la cual es clave para la homeostasis celular (1).

Figura 2. Las capas de la retina. Se ilustra la estructura de la retina, destacando las capas desde la superficie hasta la región más profunda: OFL (capa de fibras nerviosas), GCL (capa de células ganglionares), IPL (capa plexiforme interna), INL (capa nuclear interna), OPL (capa plexiforme externa), ONL (capa nuclear externa), PR (segmentos externos de bastones y conos, células fotorreceptoras), EPR (epitelio pigmentario de la retina), y la membrana de Bruch’s. Debajo, se encuentra la coroides. Además, se muestran los precursores de conos (células verdes), bastones y conos maduros como elementos esenciales en la transducción de señales lumínicas hacia el nervio óptico. Creado en bio render. https://BioRender.com
Semillas del Cáncer: ¿Qué son, Cuándo aparecen y Cómo actúan?
Las “semillas” del cáncer o células madre cancerosas, son una subpoblación rara de cálulas que se encuentran dentro del microambiente tumoral. Estas CSC tienen potencial de autorrenovación y propiedades multipotenciales siendo una población con capacidad para formar tumores. Estas células son asociadas con un mal pronóstico en los pacientes y presentan mayores tasas de resistencia terapéutica, además de recurrencia (6). Las CSC pueden originarse a partir de células somáticas adultas que adquieren mutaciones genéticas capaces de reprogramarlas fenotípicamente. Estas mutaciones generan células con alta plasticidad, es decir, que son capaces de adaptarse a diversos entornos tumorales y evadir las terapias convencionales (Figura 3) (7).

Figura 3. Diseminación de las “semillas del cáncer” en un paciente infantil con retinoblastoma. Se destacan las células madre cancerosas (CSC), conocidas como «semillas del cáncer». Estas células tienen la capacidad de migrar desde el tumor primario en la retina a través del nervio óptico o de la circulación sistémica, colonizando tejidos distantes, los más frecuentes son: cerebro, cuello y médula espinal; formando nuevos nichos tumorigénicos. Creado en biorender. https://BioRender.com
Conclusión
El retinoblastoma es un tipo de cáncer con procesos moleculares particulares asociados a la malignidad celular. La identificación de mutaciones en el gen RB1 han permitido avances en su diagnóstico, pero las “semillas” han complicado su tratamiento debido a la resistencia terapéutica y su capacidad de colonizar tejidos distantes. El manejo futuro de este tipo de cáncer debe integrar el diagnóstico molecular, las terapias personalizadas y el monitoreo del microambiente tumoral para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes.