¿Alguna vez has pensado en el impacto que tiene el fútbol en nuestro medio ambiente? Más allá de los emocionantes partidos, los récords impresionantes, compañerismo en la cancha y entre aficionados, cada evento futbolístico deja una huella en el medio ambiente que merece nuestra atención. En este artículo, exploraremos cómo el consumo de alimentos y bebidas en los estadios contribuye al deterioro ambiental, debido a la excesiva generación de basura, principalmente por plásticos de un solo uso.
Es evidente la vulnerabilidad que el consumidor tiene en escenarios que cultural o comercialmente se han constituido especiales, de convivencia o disfrute, como es el caso de los partidos de fútbol. En México, asistir a un estadio, además de ver un juego de fútbol, es estar expuesto a la venta de cerveza, bebida azucaradas, botanas dulces o saladas y a productos ultraprocesados (PUP). A continuación, explora remos estos temas y propondremos soluciones para mitigar su impacto.
Impacto ambiental del consumo de alcohol
En los estadios es común ver una gran venta de alcohol, lo que lleva a una acumulación significativa de vasos de acrílico. Al final del partido, miles de vasos quedan en el piso y en las butacas, generando un impacto negativo en el medio ambiente. Por ello, es crucial regular la promoción, publicidad y venta de productos con contenido alcohólico en espacios para el desarrollo de actividades deportivas y fomentar la conciencia entre los aficionados sobre los efectos del consumo y sus desechos. La implementación de sistemas de depósito y retorno para estos envases puede reducir significativamente la generación de residuos.
Efectos de los productos ultraprocesados
Además de las bebidas alcohólicas, la venta de PUP en los estadios contribuye al problema ambiental. El alto consumo de PUP dentro de los estadios no solo afecta la salud de los aficionados, sino que también tiene un impacto considerable en el medio ambiente. La producción de estos productos requiere grandes cantidades de agua, y su empaquetado depende en gran medida del uso de plásticos. La industria alimentaria ha consolidado el uso de plásticos como un prerrequisito para la comercialización de productos, especialmente los ultraprocesados.
El consumo excesivo de PUP ha ocasionado graves daños ambientales y en la salud humana, incluyendo el aumento de enfermedades no transmisibles (ENT). Además, los microplásticos se han incorporado en la cadena alimentaria a través de su desprendimiento y descomposición.1
Generación de residuos en eventos deportivos
Los principales eventos deportivos pueden dejar entre sus desechos hasta 750 000 botellas de plástico por evento, lo que ha incrementado las presiones para la industria y concienciar a millones de aficionados sobre la necesidad de reducir el uso de plásticos.2 Los estadios constantemente albergan eventos culturales, deportivos, conciertos masivos y otros espectáculos, que generan grandes cantidades de basura.
En promedio, un estadio con una asistencia de 25 483 personas puede producir hasta 4 toneladas de basura por partido o evento.3,4
La capacidad promedio de un estadio mexicano es de 42 240 personas y el número promedio de espectadores por partido es de 23 578. Actualmente, en el fútbol mexicano de primera división hay 18 clubes, en una temporada de 5 meses se juegan un aproximado de 167 partidos, generando en promedio 668 toneladas de basura.
Acciones de mitigación
Los clubes deportivos pueden desempeñar un papel fundamental en la reducción del impacto ambiental mediante la eliminación de plásticos de un solo uso, como pajillas, agitadores, cubiertos y envases desechables. Establecer un sistema de depósito y retorno para alimentos y bebidas podría ser una solución efectiva para reducir el uso de plásticos en los estadios. A su vez, los aficionados, pueden colaborar separando correctamente la basura y adoptando un consumo responsable durante su asistencia a los eventos deportivos.
De manera similar a la acumulación de desechos plásticos, otra fuente de contaminación es el transporte utilizado por los aficionados y jugadores que contribuyen a las emisiones de CO₂. Ir a cada partido implica el uso de combustible para vehículos particulares, autobuses, aviones y otros medios de transporte, que incrementa la contaminación atmosférica. Para contrarrestar este impacto, los clubes pueden incentivar el uso de transporte público o compartido, reduciendo así la huella de carbono
asociada con los partidos.
Otros factores de impacto ambiental
Es habitual que los clubes renueven uniformes, balones y accesorios cada temporada, y que los aficionados adquieran estos productos para estar a la vanguardia. Sin embargo, la producción y demanda de estos artículos requiere la explotación de combustibles fósiles. Una posible solución sería que los clubes eviten la renovación constante de sus productos y que los aficionados adopten un enfoque más consciente y sostenible, evitando el consumismo innecesario.
Otro factor a considerar es el consumo de electricidad en los estadios, especialmente cuando los partidos se juegan de noche. Aunque algunos estadios ya utilizan energías limpias y renovables, muchos otros siguen de pendiendo de fuentes de energía tradicionales. Para ahorrar electricidad, una alternativa sería que los partidos de fútbol se jueguen durante el día, aprovechando la luz natural.
El uso de agua utilizada por los aficionados durante su estancia y el agua para el saneamiento de los estadios también es un tema crucial. En lo posible, se recomienda la utilización de aguas tratadas para baños y limpieza de los inmuebles, reduciendo así el desperdicio de agua potable.
Perspectiva hacia el futuro: el Mundial 2026
México será una de las sedes del Mundial 2026 y, para tal evento, algunos estadios están siendo remodelados. Estas remodelaciones implican un alto consumo de agua y la tala de árboles, lo que genera un impacto ambiental considerable, especialmente en área urbana donde el acceso al agua es ya un problema. Es crucial que se implementen medidas sostenibles en la remodelación de estos inmuebles, considerando el delicado equilibrio ecológico de las ciudades donde se encuentran.
El impacto ambiental no es un problema aislado ni que afecte solo a unos pocos. En el caso del fútbol, está causando condiciones adversas para la salud de los jugadores, quienes deben disputar partidos en estadios ubicados en las principales ciudades del país, las cuales presentan altos niveles de contaminación atmosférica. Esto afecta la calidad del aire que los jugadores respiran durante los encuentros, incrementando los riesgos para su salud.
Un ejemplo reciente de cómo el cambio climático está afectando al fútbol fue la copa Mundial de la FIFA Qatar 2022. Por primera vez en la historia, el torneo se celebró a finales de otoño, debido a las altas temperaturas que el país experimenta durante el verano, como con secuencia directa del calentamiento global.
Conclusión
En resumen, tanto las bebidas alcohólicas como los productos industrializados, junto con la basura generada y el uso excesivo de recursos en los estadios, además de los daños a la salud, tienen un impacto ambiental significativo. Sin embargo, tanto los clubes como los aficionados pueden contribuir a la reducción de este impacto mediante acciones concretas, como evitar la venta de productos nocivos para la salud, la eliminación de plásticos de un solo uso, el reciclaje, el uso de transporte público y la adopción de energías renovables. A medida que nos acercamos al Mundial 2026, es funda mental que se implementen estrategias sostenibles que minimicen los efectos negativos en el medio ambiente. Con pequeñas y grandes acciones, todos podemos contribuir a mejorar el entorno que nos rodea.