Plásticos ¿Un nuevo factor de riesgo para el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares?

PANORAMA GENERAL DE LAS ENFERMEDADES
CARDIOVASCULARES

Las enfermedades cardiovasculares (ECVs) son las causantes de la mayor cantidad de muertes a nivel nacional y mundial¹. El infarto al miocardio (IAM) y los eventos cerebrovasculares (también conocidos como embolias o derrames cerebrales) contribuyen, en conjunto, a más de 18 millones de muertes anuales². En nuestro país, la muerte por IAM es tres veces mayor a la del resto del mundo, mientras que las embolias son la cuarta causa de muerte¹. Tanto el IAM como las embolias son ocasionados por la obstrucción del flujo sanguíneo al corazón o a una parte del cerebro, provocando la muerte de las células cercanas a donde se produce el evento. La obstrucción del paso de la sangre se debe, principalmente, a la formación de trombos o coágulos que viajan por el torrente sanguíneo ocasionando el evento cardiovascular. Hasta hace algunos años, las ECVs se consideraban enfermedades propias del envejecimiento. Hoy en día, el IAM y las embolias se están presentado en adultos menores a 50 años, pero también en adolescentes y jóvenes de menos de 30 años, en donde estos padecimientos son cada día más frecuentes, presentándose en nueve de cada 100 individuos¹.

¡PLÁSTICOS EN LA DIETA!
El plástico es un polímero sintético producido a partir de combustibles fósiles, y que está presente en los polímeros sintéticos producido a partir de combustibles fósiles está presente en los diferentes ecosistemas (marinos y terrestres), por lo que todos los habitantes del planeta estamos expuestos a él de forma constante³. Su presencia en nuestras vidas data de hace 130 años y a la fecha se producen millones de toneladas anuales^4,5. Mira a tu alrededor y respóndete, ¿cuántos productos de plástico

están en tu casa u oficina, en tu habitación, en tu medio de transporte diario, en los juguetes de tus hijos? Ahora imagínate la presencia en tu comida de pequeños pedacitos de plástico, como del tamaño de la goma de un lápiz (microplásticos), o 50 veces más delgado que un cabello humano (nanoplásticos)⁴. Estos micro y nano plásticos están presentes en el aire que respiras, en la nieve y en el agua de lagos, ríos y océanos⁶. Siendo el mar el principal vertedero de la basura plástica, es muy probable que los habitantes del mar coman plástico inmerso en los cuerpos de sus presas; la contaminación

en el océano por plástico es cercana al 80%³. A medida que el organismo es más grande, necesitará comer más presas y de mayor tamaño, bioacumulando mayores cantidades de plástico, los que serán servidos en tu mesa junto con las delicias de los frutos del mar y el pescado³. En más del 70% de moluscos como los mejillones y las almejas, y en más del 60% de los crustáceos como los camarones, los langostinos y las langostas (frescos o congelados) se han encontrado microplásticos⁷. Entre el 20 al 36% del pescado (un alimento considerado como saludable) también tiene microplásticos en sus intestinos (rango: 20% al 36%)⁷. Otros alimentos como el pollo o el pavo que se encuentran

en el supermercado envueltos en plástico pueden tener hasta siete veces más microplásticos que aquellos que no estaban envueltos; algo similar pasa con la carne de res y cerdo⁸. Pedacitos de plástico han sido encontrados en la sal, la miel, la cerveza y el agua potable^7,9. Consecuentemente, se han encontrado microplásticos en heces, orina, placenta y sangre humana¹⁰. De acuerdo con la World Wildlife Fund, ¡cada semana ingerimos cerca de cinco gramos de plástico⁹. Pero también se han encontrado nanoplásticos en los pulmones, posiblemente provenientes de las fibras de la ropa, de las alfombras, de la tapicería, del polvo, etcétera¹⁰.

¿PLÁSTICOS COMO FACTORES DE RIESGO DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES?

Pero, ¿cómo es que el plástico puede aumentar el riesgo de ECVs? En realidad, son los componentes del plástico como los bisfenoles, los que se han empezado a asociar con ciertos factores clave en el desarrollo de las ECVs. Los bisfenoles son los principales componentes de los plásticos de policarbonato dando flexibilidad y transparencia a los contenedores. Particularmente, el bisfenol (BPA) es el más usado, siendo su consumo anual cercano a ocho toneladas métricas⁵. Los contenedores de agua, los biberones, los recipientes plásticos en los que ponemos nuestros alimentos contienen BPA, el

que se transfiere a los alimentos y bebidas al estar en contacto con las altas temperaturas. Por ejemplo, cuando calentamos nuestros alimentos contenidos en plásticos en el microondas, o cuando dejamos la botella de agua en el carro, la que se calienta al rayo del sol y luego la bebemos. Pero también las bebidas ácidas y básicas como la de los refrescos, los jugos o las bebidas para hidratarse contenidas en plásticos favorecen el desprendimiento del BPA y su migración a dichas bebidas. Los bisfenoles tienen estructuras muy similares a ciertas hormonas, por lo que pueden imitarlas alterando su síntesis, pero también pueden oponerse a su transporte, unión y eliminación⁵. La desregulación de las hormonas tiroideas tiene un papel central en el desarrollo de las ECVs, ya

que regulan la síntesis de colesterol y tienen influencia en el ritmo cardiaco, entre otros aspectos^11,12. Pero también en la agregación de las plaquetas y en el incremento de los factores de coagulación, que como antes mencionamos, son piezas fundamentales del desarrollo de los IAM y de las embolias¹². Ahora, si los componentes de los plásticos se parecen a las hormonas, como las tiroideas, es posible que favorezcan altos niveles de colesterol, aumentando la presión arterial, además de favorecer la formación de trombos; todos ellos factores de riesgo para desarrollar ECVs.