Nos encontramos en una crisis ambiental vinculada con el deterioro y la contaminación del ambiente. La urgencia en atender esta crisis desde una perspectiva individual, comunitaria, estatal, nacional e inclusive planetaria se ha acrecentado a raíz de la pandemia por COVID-19. El 24 % de las muertes a nivel mundial y el 28 % de las muertes de niños menores de 5 años se vinculan a factores ambientales modificables1.
Hemos sobrepasado seis límites plantarios, que permiten al planeta mantener la estabilidad y recuperarse ante perturbaciones: cambio climático, integridad de la biosfera, liberación de nuevas entidades, ciclo del fósforo y nitrógeno, cambios en el uso de suelo, consumo de agua dulce; dos límites aún no se sobrepasan: acidificación de los océanos y destrucción de la capab de ozono2. Si se sobrepasan estos límites existe riesgo de enfermedades zoonóticas, infecciosas, emergentes, enfermedades transmitidas por vector, problemas de salud maternoinfantil, inseguridad alimentaria, afectaciones en la salud mental y el bienestar3.
Ante esta situación, y considerando la experiencia y reflexión que se ha dado en al campo de la promoción de la salud, que es un una de las funciones esenciales de la salud pública, vale la pena voltear a ver propuestas teóricas y prácticas de acercamiento entre estos tres campos del conocimiento. En los siguientes párrafos se describen brevemente algunas de estas propuestas, incluyendo algunos ejemplos de experiencias de promoción de la salud ambiental y planetaria en México.
¿Qué es la promoción de la salud ambiental?
La promoción de la salud ambiental se ha definido como: “cualquier proceso planificado que utiliza un enfoque de promoción de la salud para evaluar, corregir, controlar y prevenir aquellos factores del medio ambiente que pueden dañar la salud y la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras¨4; hablar de salud planetaria requiere además atender los límites planetarios. Autores como Hanckok señalan que, en el siglo XXI, se debe incorporar el concepto de promoción de la salud planetaria5. En declaraciones
y cartas derivadas de conferencias internacionales de promoción de la salud, poco a poco este vínculo se ha estrechado, recientemente se habla explícitamente de salud del planeta, de límites planetarios, inclusive de promoción de la salud planetaria (Figura 1)6-9.
Figura 1. Salud ambiental y salud planetaria en cartas y declaraciones de promoción de la salud
¿Cómo promover la salud ambiental o la salud planetaria?
- Partiendo de una visión amplia de promoción de la salud, que considere una perspectiva salutogénica que potencie la salud y vaya más allá de acciones de prevención o eliminación de riesgos (no un enfoque curativo), que busque la participación activa de la población, y valores centrales como equidad, transformación de los determinantes sociales de la salud humana, ambiental y planetaria, en escenarios promotores de salud como escuelas, sitios de trabajo, municipios, mercados, comunidades, entre otros.
- Considerando un enfoque biocéntrico que remplace el enfoque antropocéntrico dominante. Acercándose a cosmovisiones indígenas, como las visibilizadas en la declaración de Waiora, o el “Buen Vivir” de pueblos originarios de América Latina, como una manera de transmitir los principios, relaciones y conocimientos necesarios para promover un planeta saludable y balanceado en el Antropoceno7.
Experiencias en México
Hemos realizado estudios en el estado de Morelos con el enfoque de promoción de la salud ambiental, a través del manejo de los apantles (canales de riego) en Atlacomulco, Jiutepec (Figura 2), en una población dedicada a la floricultura, como respuesta a un problema de residuos sólidos urbanos en Tetela del Monte, Cuernavaca y en Alpuyeca, Xochitepec, estableciendo un diálogo sobre el tema del agua entre jóvenes y el líder de los guardianes de los lugares sagrados (Figura 3), con una cosmovisión más amigable
con el ambiente, de cuidado y protección10
Figura 2. Apantles (canales de riego)
“yo creo hay un problema con los seres humanos… nos fuimos alejando mucho, … Ya no se habla tanto
del río, tanto del agua, tanto de cuidar, del valor de la naturaleza para vivir, …” (mujer activista ambiental,
50 años)Figura 3. Proyecto Alpuyeca. Guardianes de los lugares sagrados
Además, junto con las embajadoras de la salud planetaria se llevan a cabo proyectos escolares de salud planetaria en escuelas, por ejemplo, a través de huertos agroecológicos, bajo el marco del eje transversal de vida saludable del plan de estudios de la nueva escuela mexicana.
Estas experiencias posicionan localmente, con la participación de las comunidades, una visión de
salud y no de enfermedad, rescatan el vínculo con la naturaleza del pasado y mejoran la salud de la población y del ambiente local. Sin duda hacen falta muchos más esfuerzos e ir creando redes de experiencias exitosas y solidarias en favor de la salud y la vida.