Creatividad, desafíos constantes, disciplina y pasión son los puntos cardinales de cinco de las investigadoras más prestigiosas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Las Doctoras Lizbeth López Carrillo, Hortensia Reyes Morales, Tere Shamah Levi, Angélica Ángeles Llerenas y Aremis Villalobos Hernández han enfrentado múltiples retos no solo para la obtención de financiamiento, sino también dentro de la desigualdad de género y la subrepresentación en puestos de liderazgo. “A pesar de que las mujeres hemos estado en la lucha permanente por la igualdad de oportunidades en múltiples áreas, estas las desigualdades se siguen observando en el campo de la investigación”, comenta la Dra. Shamah.
Sin embargo, estos desafíos son subsanados por la fortaleza y los rasgos de personalidad que todas ellas han desarrollado, “atreviéndose a romper barreras, mitos y paradigmas con libertad, perseverancia, disciplina y compromiso social”, como bien lo describe la Dra. López, quien visualiza a la investigación como un rompecabezas inconcluso y en donde la investigadora agrega piezas que embonen armoniosamente en su construcción, contribuyendo así a responder de forma original a los retos dentro de su ámbito de investigación. La Dra. Shamah comenta que en nuestra sociedad “se espera que las mujeres trabajadoras/
investigadoras equilibren responsa-
bilidades laborales y familiares”. Sin duda, esto podría dificultar el tiempo dedicado a un trabajo
tan demandante como lo es la investigación. No obstante, “lo más satisfactorio posiblemente sea la cristalización de los esfuerzos en el trabajo interdisciplinario, sobre todo, cuando sus resultados contribuyen con la mejora en las condiciones de salud y son tomados en cuenta para la toma de decisiones en política”. Estas palabras tan motivadoras para las científicas que sé encuentran incubándose en alguno de los centros de investigación nacionales e internacionales son de la creación de la Dra. Reyes. Ella, como las otras cuatro representantes del INSP, se autorreconocen como afortunadas y privilegiadas, pero también son una fuente de inspiración para las jóvenes investigadoras de nuestro país, logrando, todas ellas, importantes contribuciones en sus campos de liderazgo. Sin duda, la interconexión entre sus diferentes disciplinas son una piedra angular para resolver muchos de los problemas de salud pública que enfrenta nuestro país. La Dra. Ángeles considera que
“cada día hay nuevos retos y la ciencia ofrece la enorme oportunidad de estudiarlos y encontrar soluciones”. En palabras de la Dra. Villalobos, “la salud pública deberá de considerar el marco ecológico en el que nos encontramos las investigadoras en los diferentes contextos en los que nos desarrollamos: familia y pares, escuela y sociedad”. Todas ellas, han abierto puertas para nuevas oportunidades y descubrimientos, aunque el “entendimiento de los problemas de salud nacionales en nuestro contexto cultural no estuvieran contemplados por las fuentes de financiamiento internacional” como bien lo define la Dra. López. “Aún queda mucho por hacer para asegurar la igualdad de oportunidades para las mujeres en la investigación y para garantizar que nuestro trabajo sea valorado y reconocido”. Sin embargo, “la inclusión de perspectivas femeninas y diversidad de género en la investigación es esencial para el avance de la ciencia y en la sociedad en general” ambos conceptos desde la perspectiva de la Dra. Shamah.
Las Doctoras del INSP son dignas, representantes del limitado número (~ 30%) de mujeres investigadoras a nivel mundial. Para las futuras generaciones, así como para las investigadoras que las han tenido como profesoras, colaboradoras y colegas, son una fuente de inspiración constante. Mujeres, como ustedes, han polinizado en muchas otras la flor del conocimiento, que a los ojos de quien no poseen esa sed, podría ser algo imperceptible, pero su carácter y su pasión han permeado en otras investigadoras que, motivadas por su fortaleza, dedicación y entrega, continuarán el camino de su legado. La visión multidisciplinaria de todas ustedes y los avances científicos y tecnológicos nos aproximarán “a escenarios más reales y complejos que nos permitirán analizar simultáneamente tantos factores genéticos, biológicos, sociopolíticos, y desarrollar intervenciones para mejorar la calidad y la esperanza de vida de las poblaciones”, como bien lo resume la Dra. López.
